Pero no puede haber queja sin búsqueda de alternativas. Y ahí me encontraba yo cuando buscando por la red hallé www.museosenfemenino.es un proyecto del Museo del Prado, del Reina Sofía y del Museo Nacional de Cerámica González Martí. Cada uno de ellos han realizado un itinerario dentro del patrimonio que poseen, cuya necesidad responde “a dar mayor visibilidad a las mujeres artistas y a su forma de ver, sentir y experimentar el arte.”
Lo primero que hice, sin duda alguna, fue leer detenidamente este proyecto y no puedo decir más que me sorprendió gratamente; “ Las instituciones museísticas deben acometer profundas reformas en sus políticas de gestión, difusión y adquisición del patrimonio histórico-artístico con el objetivo de revalorizar las aportaciones de las mujeres artistas”
Más allá del ambicioso programa, nada nos sorprende al entrar en el link del Prado. Básicamente mujeres de alta cuna pintadas por hombres. Más de lo mismo.
Por ello me centraré en el Reina Sofía, que me parece el más consecuente con el ideario planteado, aunque no por ello sin esbozar ciertas cuestiones.
Tras haber ojeado todo el recorrido, mi primera pregunta es: ¿a quién va dirigida esta exposición? El museo invita al público en general y a profesorado y estudiantes de todas las edades. Si el itinerario es realizado con guía o con el profesor adecuado, puede ser muy clarificador e intelectualmente estimulante. De no contar con esta ayuda, o con la guía didáctica en mano, http://www.museosenfemenino.es/Guia_didactica_MuseoReinaSofia.pdf gran parte del mensaje se pierde, llegando a realizar el efecto inverso: pocas mujeres artistas, y siempre apareciendo como objetos de un imaginario masculino.
Aunque leemos claramente que gran parte de los movimientos de vanguardias en los que se centra eran incisivamente misóginos, si no eres entendido en el tema esta realidad se diluye al contemplar las siempre eternas y veneradas obras de Man Ray, Dalí, o Picasso. Por cierto… ¿Qué hace el Guernica en esta exposición? ¿Que fue fotografiado por Dora Maar? ¿Y con qué se quedará el espectador? (mi respuesta ante la presencia en este contexto de El Guernica es que al ser el gran orgullo del Reina Sofía su aparición lo justifica por sí mismo… ¿cómo no va a aparecer?) ¿Qué información me puede aportar Mujer en azul también de Picasso? que de hecho, guía en mano, ni el texto es capaz de dar una justificación contundente. ¿Qué propósito tiene el Gran Masturbador de Dalí? A menos que sea ejercer una crítica sobre este propósito fundamental del surrealismo que estribaba en la liberación del deseo; un deseo, por cierto, que tan sólo beneficiaba a los hombres, pues ellos eran los protagonistas y ellas tan sólo ocupaban el lugar de objeto, imágenes pasivas, constitutivas de una feminidad estereotipada. Y no creo que mi observación esté muy errada pues al acceder a la guía virtual, en la obra de Dalí a la que me refiero pone entre paréntesis “( quizá quitarlo)” Pues ya estamos tardando.
Pero del mismo modo que ejerzo con dureza esta crítica, no puedo por menos que valorar la mayoría del trabajo y en concreto lo explicativos que son los textos de Ángeles Santos sobre la concepción y creación de Un mundo o los de Sonia Delaunay y sus sentimientos como artista en la relación con su pareja, Robert Delaunay. (¿Se encontrarán estas maravillosas reflexiones en las salas del museo? )
Y una muestra más que sin explicación o guía gran parte de esta exposición carece de sentido: en una de las salas se encuentra la imagen de una escena de la película dirigida por Germaine Dulac “La concha y el reverendo” (1928), considerada como la primera película surrealista. ¿Y? Más allá de introducir un nuevo nombre a nuestro listado de mujeres que han formado parte en todo momento de los movimientos artísticos, descubrimos que Artaud, que realizó el “guión” la acusó de “feminizar” la obra y que los círculos vanguardistas del momento criticaron el carácter “femenino” de la simbología visual.
Aunque la muestra hubiera sido menor a mi parecer tal vez sería más acertado haberse centrado en unas pocas obras, sobre todo en las de ellas y centrar en estas toda la atención, con paneles explicativos y así obtener otro significado mucho menos abordado: ¿Cómo se veían ellas a sí mismas como artistas? ¿A caso no es interesante las miradas de las mujeres de Santos? ¿Y los desnudos de Maruja Mallo, dejando de ser objetos del deseo para pasar a ser sujetos activos?
Resumido en otras palabras mucho más elocuentes: “ Las innovaciones de las vanguardias históricas (…) de modificación de las visiones perceptivas tradicionales está fuera de toda duda. En cambio no parece razonable afirmar lo mismo en lo tocante a la modificación de las normas de género. (…) Al contrario, los artistas, varones en su inmensa mayoría, siguieron reforzando las imágenes de la mujer pasiva, dominada por la mirada de su creador, sojuzgada por su inactividad, paralizada por el mismo proceso de objetualización, convertida en un pedazo de carne”. Aliaga, 2007 pág.31
Y es que el propósito es impecable, pero su materialización no consigue llegar a la altura propuesta por éste y con ello se convierte en insuficiente.
Bibliografía al respecto:
ALIAGA, Juan Vicente: Orden fálico. Androcentrismo y violencia de género en las prácticas artísticas del siglo XX.Madrid: Ediciones Akal, 2007
Desacuerdos: sobre arte, políticas y esfera pública en el estado español. Vol.7. / [editores: Jesús Carrillo, Ignacio Estella Noriega, Lidia García Meras] Barcelona: MACBA, 2004-2012
La dona, metamorfosi de la modernitat: 26 novembre 2004- 6 febrer 2005/ a cura de Gladys Fabre. Barcelona, Fundació Miró. 2004
LUCIE-SMITH, Edward. La sexualidad en el arte occidental. Barcelona: Destino, 1994
SPECTOR, Jack J.: Arte y escritura surrealistas (1919-1939) el oro del tiempo. Madrid, Síntesis DL, 2012
TUGORES, Francesca. PLANAS, Rosa: Introducción al patrimonio cultural. Asturias, Ediciones Trea, 2006