martes, 23 de octubre de 2012

Sobre PATRIMONIO: Lo que no se ve, no existe

Quisiera  comenzar este blog sobre PATRIMONIO con una reflexión sobre su terminología.
Esta palabra, y partiendo de que ninguna es inocente, proviene etimológicamente del latín patrimonium, pater: lo recibido por parte del PADRE.
Ante escépticos o aquellos y aquellas que puedan ver en mi reflexión cierta persecución ante las cuestiones de género, no me queda nada más que remitirme a los hechos: ¿Qué obras de arte han llegado hasta nosotros y por qué? ¿Han sido hombres o mujeres sus autores? ¿A qué se debe el silencio que a ellas ahoga? Porque de haberlas, las ha habido siempre y en todos los campos. ¿Por qué gran número de ellas, siendo valoradas y respetadas en su época, posteriormente se han visto sumidas en el olvido? Y lo peor de todo … ¿por qué a día de hoy siguen vigentes estas preguntas que ya fueron puestas sobre la mesa en los años 60 y 70? Y quien diga lo contrario… que eche un vistazo a los programas de carreras como la de Historia del Arte. (Sumar un par de nombres no modifica las bases androcéntricas en las que se sostiene)
El PATRIMONIO sigue siendo, indudablemente, el que nos ha llegado por parte masculina. Eran y son básicamente ellos quienes han decidido qué, cómo, cuándo y por qué preservar ciertas obras de arte. Han establecido qué es arte, cuáles son los criterios de calidad artística, han determinado la línea a seguir por la crítica y sus correspondientes teorías.
Como consecuencia es todavía demasiado común hablar de las mujeres artistas con cierto aire condescendiente, como anexos, básicamente como objetos de arte y en el caso de sujetos, bajo la losa de la “excepcionalidad” lo que viene a reafirmar para algunos una carencia y la falta de interés.
Y es que lo que no se ve, no existe.
 Y como sucede en el caso del PATRIMONIO, no puede protegerse  algo que, dada la condición de ser creado por mujer, tiene como consecuencia no haber sido investigado, delimitado ni valorado adecuadamente.
No niego la buena voluntad de ciertas exposiciones, monografías, artículos…. Pero lamentablemente la mirada masculina suele ser la que acaba el recorrido.
Por todo esto, creo que es necesario un replanteamiento que haga visibles las ausencias de todo tipo, siendo éstas la consecuencias  de no seguir los mandatos imperantes. Un cuestionamiento amplio, sin miedos a nuevos conceptos, a la caída de viejos mitos y estereotipos, un deseo de conocimiento mayor y arriesgado que el que nos ofrece la visión conservadora patriarcal que nos rodea.

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