miércoles, 28 de noviembre de 2012


EL TRABAJO INVISIBLE: 
 El gran dia Girona, y la tumba de Pere el Gran

Hay todo un arduo trabajo que se realiza en silencio, minucioso y delicado, que no conlleva protagonistas ni grandes reconocimientos y sin embargo es del todo imprescindible; para no olvidar el pasado, para preservar en el futuro. 

No solemos ser conscientes de la dedicación y profesionalidad que conllevan las artes de la conservación y de la restauración. Necesitamos ver para creer y así poder valorar lo que ya se nos muestra como acabado, como si nunca hubiera padecido el paso corruptible del tiempo o el maltrato humano. Creo que ver estos procesos de “curación” y de “mantenimiento” de las obras de arte nos ayudará a reconsiderar su  importancia y dedicación.

Quiero citar dos ejemplos que están al alcance de todos. En la web del CRBMC (Centre de Restauració de Béns i Mobles de Catalunya) podemos acceder a dos vídeos muy interesantes. El primero al que me referiré es al del proceso de restauración de El gran dia de Girona, de Martí i Alsina; y el segundo al de la apertura  de la tumba de Pere el Gran en el Monestir de Santes Creus


1.     Restauración de El gran dia de Girona, Martí i Alsina, al CRBMC.

Aunque el video que podemos encontrar en la web del CRBMC  se centra en la entrevista a la Conservadora en cap d´Art Modern del MNAC, Mercè Doñate, explicando las vicisitudes sufridas por la pintura, las imágenes de la realización de los estudios, sus diversos traslados y la cantidad de gente necesaria lo hace realmente interesante para todos aquellos que no estamos familiarizados con trabajos de esta índole.


Esta magnífica obra de Martí i Alsina (datada entre 1864-1884 aproximadamente)  permanecía en el almacén del MNAC desde hacía 70 años. La última vez que fue expuesta rondaba  el año 1939, en el Palau de Belles Arts,  donde sufrió importantes desperfectos causados por los bombardeos de la Guerra Civil.
Será en el 2009 en el que el Museo de Arte de Girona solicitará al MNAC la obra, la cual necesitaba urgentemente una intervención y en septiembre de ese mismo año empezarán  las tareas de restauración.



No estamos hablando de una obra cualquiera pues sus dimensiones son considerables: 58 metros cuadrados y 70 quilos de peso. Antes de proceder a su traslado al CRBMC en Valldoreix, la pintura fue sometida a un examen organoléptico, observaciones macroscópicas y microscópicas, se tomaron muestras y se fotografió la obra con diversas técnicas existentes, como con luz ultravioleta. También se procedió a la recopilación de la documentación relativa al autor y a la obra. (Los manuales que encontramos la web del CRBMC sobre los procesos, técnicas, materiales en la conservación y restauración son muy interesantes. PDF: “La recerca en els procesos de restauració i conservació”, entre otros)

Estos estudios previos son necesarios pues el modo de restauración junto con los materiales que serán utilizados, dependerán de los que disponga la pieza, siempre teniendo presente:
-que sean materiales que no la dañen
-que sean en un alto porcentaje reversibles
-que hayan sido ya probados
-se usarán materiales que trabajen de manera similar a los originales.



Estos estudios indicaron que la base estaba hecha de una mezcla de planco de plomo, sulfato de bario y carbonato de calcio.
En la capa pictórica se volvió a encontrar grandes dosis de blanco de plomo, junto con azul de Prusia y de cobalto, con siena y negro de huesos en la parte inferior.
La tela presentaba unos desgarros de hasta 7 metros de largo.

En cuanto a la limpieza de la obra se realizó en dos partes. La primera, se quitó el polvo acumulado. Durante la segunda, se retiró la suciedad adherida a la obra mediante la aplicación de una solución de gelificada.
Estos exámenes detallados muestran los entresijos del arte, la maquinaria que hay tras el telón y gracias a la cual observamos lo que el artista quiso mostrarnos. La restauración y conservación de esta obra se llevó a cabo, como he comentado anteriormente con la premisa de la mínima intervención, y así preservar al máximo los elementos originales.
La obra fue definitivamente instalada el 14 de septiembre del 2012 en el Auditori Josep Irla en Girona.

Para más información:



Galería de imágenes del proceso de restauración: http://www.flickr.com/photos/patrimonigencat/sets/72157623327959744/

Entrevista a Lluïsa Faxedas, comisaria de la exposición:



2.     Apertura de la tumba de Pere el Gran, Monestir de Santes Creus

Fascinante…
He intentado encontrar palabras que expresen lo que he sentido viendo los diversos reportajes que anexo al final de este escrito, y cualquiera de ellas es incapaz de abarcar mi asombro y admiración.
Con todo esto me refiero al hecho realizado el pasado 2010 en conmemoración de los 850 aniversario del  Monestir de Santes Creus. Y qué mejor manera de celebrarlo que restaurando la tumba de Pere II, abriéndola y encontrando en ella no sólo un rey, sino parte de nuestra historia que ahora podríamos cotejar con las crónicas como las de Bernat Desclot, y toda la nueva información y la oportunidad de interdisciplinariedad y compenetración de distintas áreas que este desafío conlleva.



Marina Miquel, coordinadora del proyecto y Cap de Monuments del Museu d´Història de Barcelona, junto a un variado equipo compuesto por historiadores, antropólogos, arqueólogos, forenses, restauradores, conservadores…  Se distribuyeron el trabajo en diversos apartados:
1. Apertura de la Tumba de Pere el Gran
2. Investigación de los restos
3. Restauración escultórica
4. La tumba de Pere el Gran

1.       La apertura de la tumba:
Antes de empezar esta hazaña el equipo se dirigió hacia el Monasterio para realizar una pequeña apertura entre la tapa de la tumba y la bañera de pórfido donde residían los restos del rey. Mediante este agujero se introdujo una pequeña cámara , endoscopia, para saber el estado de conservación y se analizaron los gases del interior, detectando no ser tóxicos. Todo indicaba que el ambicioso proyecto era viable.

Con estos primeros datos se volvió con un numeroso equipo: era el momento de abrir la tumba. Para ello hubo que desmontar el pináculo y la tapa del sepulcro superior en forma de templete. Tras esto se procedió a abrir la bañera funeraria.
Siendo conscientes de que cualquier alteración podía modificar los resultados, era preciso saber la temperatura con la cual se había conservado el cuerpo y la humedad para mantenerlo así constantemente y evitar, en lo posible, una aceleración en su descomposición. (Entre 12-14 grados y una humedad relativa de 70 a 75%)



Antes de mover el cuerpo   se hizo una radiografía in situ, se tomaron muestras de los diversos restos textiles, y se ensayaron los movimientos para extraer la envoltura funeraria. Todo debía estar milimétricamente cronometrado pues cualquier error podía alterar o destruir parte de los restos comportando una pérdida irreparable.

A simple vista se observaba que le cuerpo había sido embalsamado, técnica común en la realeza medieval según nos cuentan las fuentes pero de la cual no se habían encontrado ejemplos.             
Para la extracción del cuerpo se necesitaron más de 6 horas y un equipo de unas 40 personas.    Era el momento del traslado al CRBMC gracias a un camión adaptado para dicho acontecimiento, preparado con sensores de movimiento y sin llegar a superar los 40 km/h.  También se seguían teniendo presentes la temperatura y la humedad, al igual que sucedería en la sala habilitada para el estudio de los restos en el centro de Valldoreix.


2.       Investigación de los restos:
Diversos equipos trabajaron simultáneamente un grupo de especialistas en tejidos, cuyos resultados mostraron que había cuatro tipos en el fardo funerario: lana, lino, seda y una tela vegetal por determinar. Todos estos fragmentos que se fueron sacando se clasificaron y documentaron para después ser estudiados. 
¿Pero qué sabíamos hasta ahora? Las crónicas de Bernat Declot (s. XIII) indicaba que el monarca fue enterrado con el hábito monástico. No se han encontrado muestras de riqueza, abalorios o telas suntuosas, lo que podría dar mayor veracidad a tales escritos.

Un grupo de antropólogos estudiaban las diversas partes del esqueleto que quedaba al descubierto.
La presencia de un médico forense  era por si se hallaban partes blandas, lesiones o  deducir posibles causas de la muerte.
Cuando el cráneo ya estuvo limpio de todo resto pasó a manos de un equipo que tomaron los datos antropomórficos, lo que conllevaba a poder mostrar una visión relativamente realista del rostro de Pere el Gran.


3.       Restauración escultórica
Los trabajos de restauración comenzaron en el mismo momento en que se desmontó la urna superior de piedra policromada del sepulcro de Pere II. Al igual que sucedió con el cuerpo del monarca, antes de realizar cualquier intervención los especialistas realizaron un  estudio previo, como deficiencias estructurales, extracción y  analítica de muestras de color, de piedra, de mortero.

En primer lugar se procedió a la limpieza de la policromía gótica, eliminando la suciedad superficial, sobretodo polvo y algunos repintes realizados hará unos 30 años, pero certificando que mantenía un muy buen estado de conservación. Esta tarea de limpieza permitió confirmar que se trataba de la policromía original gótica de principios del siglo XIV.



4.       La tumba de Pere el Gran:
Antes de volver a colocar el sepulcro en su estado original se introdujo en la bañera de pórfido ( de época romana y una de las 11 que quedan en Europa) el cuerpo del rey, tal y como fue su voluntad en su testamento (1282). Se le cubrió el cuerpo con un tejido de lino, encima una capa y una capucha que le cubriría el rostro.

Según las crónicas de Desclot primero fue enterrado frente al altar mayor de la iglesia. Y fue su hijo, Jaume II quien para honrar su grandeza y hacer de la memoria de su padre un instrumento de propaganda política, quien encargó realizarle un monumento funerario, al que fue trasladado tras su finalización, 17 años después.
La necesidad que siente el ser humano por dejar huella de su paso por la historia es invariable a lo largo del tiempo. Siendo consciente de la finitud de la vida y lo efímero que puede llegar a ser el recuerdo, necesitamos la creación de monumentos, escritos, historias para esquivar el olvido.



 Los trabajos realizados por el equipo coordinado por Marina Miquel en conmemoración del 850 aniversario del  Monastir de Santes Creus también ha perseguido este propósito. Se introdujo en la tumba unas cápsulas de acero con fotografías e información del proceso de restauración de los restos. Todo ello enfocado a un futuro, para que nuestros descendientes sepan hasta dónde conseguimos saber, y qué pudimos hacer con los conocimientos y recursos con los que actualmente poseemos.
Una aventura fascinante, unas investigaciones , unos trabajos de conservación, restauración y memoria que deberían estar llenos de continuidad y de futuro.


Anatomia d´un Rei: (Reportatge de TV3) Imprescindible!!!  [Consulta 23/11/2012]

Rueda de prensa con los resultados de la apertura de la tumba:   [Última consulta: 28/11/2012]

Pàgina de Patrimoni de la Generalitat: [Última consulta: 28/11/2012]

Dossier de Premsa: “Obertura de la tomba de Pere el Gran. Primers resultats”. Museu d´Història de Catalunya: [Consulta 23/11/2012]

La noticia:

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